martes, 5 de enero de 2016

Sobre los olores

 “Marca es el perfume que usas, reputación es el olor que dejas”, dice  Alfonso Alcantara en su libro #superprofesional. Este hombre tiene un don para los tweets, y suelta pildorazos de lo más interesante, por lo que me veo citándolo frecuentemente, ya sea en talleres y cursos o en los materiales que preparo. El caso es que empiezo por esa cita para reflexionar un poco en torno al “olor” que dejamos  en nuestras actividades, con los diferentes colectivos y contextos diversos en los que trabajamos. No nos cabe duda de que solemos dejar olor a sudor, al nuestro y al de los participantes en las dinámicas que hemos trabajado, pero también dejamos restos de papel y post-it en las en la paredes, piezas de “tente” por el suelo, globos sin explotar, pedazos de cartón y revistas viejas y aulas desordenadas, muy desordenadas, con las mesas pegadas a la pared y las sillas de cualquier manera. Los que no participan de los talleres, y escuchan la algarabía desde fuera, luego nos dicen.. “vosotros sois los del curso de aplaudir”, “o sois los de los post –it y las carreras”, o “dejarme esto recogidito ,eh”…


Más allá de estos, los que si han participado, se llevan otro olor a casa. Olor a motivación, a “aprender sin darse cuenta”, a “puesta en marcha”, a creatividad, a ganas de innovar y de colaborar.

Y quizá en este 2015 que hemos dejado atrás, estos últimos son los olores que prevalecen. El de innovación y el de colaboración. Olor a locura con sentido y manos tendidas. Es lo que nos dicen las personas con las que trabajamos. “Montar algo innovador, así en vuestra línea…” o “lo mejor es que los chavales aprenden a trabajar en equipo”. Eso sí, cuando se les pasa el susto..ya que tanto la colaboración como la innovación tienen su dimensión caótica implícita. Si ir más lejos, si quieres que un grupo de chavales de secundaria trabaje la creatividad de manera colaborativa, tienes que empezar por romper su esquema de aula, generar un espacio en que se puedan ver las caras sin girar la cabeza y pagar un peaje de ruido y conversaciones aceleradas hasta que consiguen centrase en la tarea. Lo curioso es que tras el caos aparecen los productos, las soluciones, los prototipos, las reflexiones, elaboradas conjuntamente, colaborativamente y de manera divertida ¡!. Olor a colaboración juvenil, smell like teen spirit…

Lo olores nos atraen, nos vinculan, y nos enamoran, y  en este 2015 nos hemos seguido juntando con aquellos que huelen a colaboración e innovación, ya sea en nuestras actividades y proyectos o en aquellos en los que hemos colaborado. Y ya hay sitios y personas que nos huelen a casa, a hogar, tras años colaborando, sitios y personas de las que nos hemos enamorado perdidamente, ¡¡aunque a veces no hablamos su idioma!! , y sitios y personas con demasiado perfume,( o con demasiada lejía), que parece que quieren pero no acabamos de olernos..(o quizás no les gusta nuestro olor..)

Pero bueno, este año, en lo profesional, nos ha olido muy bien. Y quizá el mejor olor ha sido el de los pueblos, aunque a veces se nos crucen los purines. El olor a hacendera, a fiesta de la colaboración, y el olor a Foro Chico.



Esperamos que este 2016 siga oliendo innovador y colaborativo, y si es con vosotros, mejor ¡!